Preview Mode Links will not work in preview mode

BBVA Aprendemos juntos 2030


Un programa semanal que ofrecerá información práctica sobre finanzas personales, soluciones fintech, metodologías de trabajo y consejos para que los usuarios tomen las mejores decisiones financieras. Sumérgete por unos minutos en la revolución digital. Te contamos lo que está suponiendo que aquellas empresas que no tienen un plan al respecto, se queden atrás o, puedan, incluso, tener las horas contadas. ¿Conoces la importancia que tiene planificar el futuro de nuestros bolsillos? Hace años que sabemos que será muy complicado que el actual sistema público de pensiones cubra nuestras necesidades cuando llegue el momento de dejar de trabajar.

Jan 28, 2020

Dos metros de altura pueden suponer la diferencia entre un niño que acude tranquilo al colegio y otro que sufre humillaciones, burlas e insultos a diario en su etapa escolar. Bromas de mal gusto que acaban en palizas. Ese fue el caso del exjugador de baloncesto Iñaki Zubizarreta que con 11 años fue aislado de sus compañeros por una profesora, que temía que pudiera hacer daño a los demás por ser extraordinariamente alto y fuerte, y se negaba a explicarle las dudas académicas “porque no lo iba a entender”. Fuera del aula, Zubizarreta sufrió todo tipo de vejaciones por un grupo de compañeros, que le llevaron a pensar en quitarse la vida. “Yo era un niño muy tímido, muy acomplejado, tenía un montón de miedos. No me aceptaba a mí mismo en un mundo donde no encontraba mi espacio. Y me sentía como si fuese un monstruo”, recuerda.

Afortunadamente pudo desarrollar su talento en el baloncesto, deporte con el que llegó a jugar como profesional en la Liga ACB y se alzó con la Copa del Rey en 1998.  Actualmente colabora con la ACB en la campaña “Actuamos Contra el Bullying”, acudiendo a colegios e institutos para impartir charlas de sensibilización entre los más jóvenes, “porque es tan culpable el que acosa como el que lo permite”. Su historia de superación sirve de ejemplo para saber que se puede salir adelante. “Si me reencontrase con el niño que fui le diría que no guarde silencio, que busque ayuda, que no se calle. Os aseguro que hay vida, buena vida, después del acoso escolar, pero siempre con ayuda. Por desgracia, treinta y tantos años después estas historias siguen siendo actualidad y lo que no ha cambiado es romper la ley del silencio”, concluye el deportista.