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BBVA Aprendemos juntos 2030


Un programa semanal que ofrecerá información práctica sobre finanzas personales, soluciones fintech, metodologías de trabajo y consejos para que los usuarios tomen las mejores decisiones financieras. Sumérgete por unos minutos en la revolución digital. Te contamos lo que está suponiendo que aquellas empresas que no tienen un plan al respecto, se queden atrás o, puedan, incluso, tener las horas contadas. ¿Conoces la importancia que tiene planificar el futuro de nuestros bolsillos? Hace años que sabemos que será muy complicado que el actual sistema público de pensiones cubra nuestras necesidades cuando llegue el momento de dejar de trabajar.

Nov 26, 2019

“Cuando salí de esa relación era incapaz de decir una canción que me gustase o una película. Yo no era nadie. No era nada”. Un maltratador robó la adolescencia a Marina Marroquí. La dejó con el alma vacía. De los 15 a los 19 años vivió un infierno que relata con dureza: “A mí me pegaron, me quemaron, me violaron, me dejaron en un descampado, me asfixiaron, me insultaron y me humillaron”. Desnuda su pasado porque está convencida de que la visibilización y la educación son las únicas herramientas para eliminar la violencia de género.

Marina Marroquí estudió educación social en la Universidad de Granada y actualmente preside la asociación ilicitana contra la violencia de género (AIVIG). En su empeño educativo ha llevado el taller “el amor no duele”, un curso de prevención y detección precoz de la violencia de género, a más de 65.000 adolescentes. También imparte cursos a policías, fiscales y profesionales sanitarios. “Necesito intentar que esta sociedad cambie y que la educación cambie y se adapte a ese infierno que está tan oculto dentro de tantas casas”, asegura. Además es autora del libro ‘Eso no es amor: 30 retos para trabajar la igualdad’.

Para Marroquí “el amor es algo que saca la mejor versión de ti misma, que te hace muy feliz, que te permite hablar sin filtros y te da seguridad”. Henchida el alma, esta educadora social es optimista y es feliz. Hoy Marina Marroquí, más que nunca, es.