Mar 15, 2022
Pocas personas desprenden tanta simpatía y “buenrollismo” como el exjugador de baloncesto Fernando Romay. Pero, de joven, no lo tuvo nada fácil: con 14 años medía dos metros, no cabía en el pupitre del colegio y usaba ropa “de señor mayor”, comenta en 'Aprendemos juntos'.
En su Coruña natal, era un gigante con mente de niño al que todos señalaban. Hasta que un compañero le animó a jugar al baloncesto: “Yo era torpe y descoordinado, pero muy, muy alto”, explica. Años después, el Real Madrid le fichó para su equipo juvenil. Allí le hicieron ver que sus diferencias, en realidad, eran virtudes: “Me dijeron que me necesitaban, que mi morfología podía ser útil al equipo”. Para Romay, esto supuso encontrar su sitio. Desde entonces, este “gigante” entrañable anima a las personas a entender el valor de la diferencia: “Siempre hay algún lugar en el que puedes sentir que encajas”, concluye.
Fernando Romay jugó en el equipo de baloncesto del Real Madrid desde 1976 hasta 1993. Participó en los Juegos Olímpicos de Moscú (1980) y Los Ángeles (1984), y es famoso por ser el único español que ha puesto un tapón a Michael Jordan. En los años 80, formó parte de una importante campaña contra las drogas dirigida a la juventud. En la actualidad trabaja con la Federación Española de Baloncesto para difundir y promocionar los valores del deporte.